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Perdón, pero…

Me subo a un avión. A los 20 min de haber despegado tuve la gran idea de reclinar mi asiento. Reclino dos centímetros y recibo un golpazo desde atrás. Me doy vuelta, muy enojado, y un tipo me dice: “perdón, pero podría haber avisado”. A lo que le contesté “creo que nunca nadie en su vida avisó al de atrás antes de reclinar”. Me doy vuelta y me quedo enojadísimo en mi recto asiento sin reclinar. 

Luego de unos minutos de masticar bronca y analizar otras 15 frases que le podría haber dicho, decidí ponerme a escribir y sacar algo bueno del enojo 🙂

“Perdón, pero podría haber avisado”

“Perdón, pero…” suele ser un perdón que no quiere ser perdón. Un perdón que quiere justificar un error o plantear una discusión. Un perdón con ego. 

“Perdón, pero…” no transmite “me equivoqué”; pierde validez si viene acompañado de argumentos que intentan convencer al otro de nuestro accionar.

Si hacemos un error, saquemos el ego y bajemos la guardia. El “perdón” va sin excusas ni justificaciones. No hay mejor manera de arreglarnos que diciendo “perdón, la cagué”, y regalar una sonrisa.

¡Éxitos y conquistas!

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