Icono del sitio Jose Ortiz Masllorens

Que decida el otro

Llega un email inesperado. Te descoloca. La persona que siempre admiraste a escondidas te escribe. “Se equivocó” pensás. Pero no; dice tu nombre. Te pide ayuda para encontrar a una persona para que haga el trabajo de tus sueños. El trabajo que quisiste toda tu vida. Nuevamente, tu mente te caga: “Le puedo recomendar a María; ella es ideal!”. Nunca frenaste a pensar en vos. Estás por contestar rápido (es tu ídolo y querés quedar bien) pero tenés la suerte de que llegan dos amigos a tu casa y te ponés a charlar del tema. Uno de ellos te desafía: “presentate vos”. Te ponés roja, te da miedo, pero te emocionás de la alegría. Se te ilumina la cara como el chico que recibe el regalo que le pidió a Papá Noel.

¿Te suena esta historia? ¿Cuántas veces te pasó que querías algo y ni siquiera te presentaste?

María es mejor

Soy muy joven 

No tengo la experiencia correcta

Voy a quedar como un pesado si le escribo devuelta

Voy a quedar mal si tomo el primer llamado y luego digo que no

Arrancó un año nuevo y lo mejor que podés hacer es regalarte un autobombo y un matamiedo. Agrandate. La magia está en hacer que la oportunidad se adapte a vos y no al revés. Es trabajo del otro determinar si no sos la persona correcta; no el tuyo. 

Atendé ese llamado. Contestá ese email. Mejor aún, escribilo vos. Buscalo antes de que te encuentre 😉 

No te juzgues antes que te juzguen; que decida el otro.

Feliz año.

¡Éxitos y Conquistas!

PD: Gracias Oli por inspirar este post 😉

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