Matar o Morir

QuieroAyudar es una suerte de Tinder Solidario. Conecta personas con ganas de ayudar con instituciones / organizaciones que precisan de donaciones y voluntarios. Es un proyecto que arrancamos hace diez años junto con amigos soñadores. Es un proyecto espectacular pero pasaron diez años y no logramos el impacto que esperábamos. Tenemos miles de ONGs registradas y cientos de miles de visitas al sitio por año, pero soñábamos con una plataforma global (tenemos presencia únicamente en Argentina) y un modelo de negocio que sustente la operación (operamos gracias a donaciones de personas que creen en QA). Dado que no alcanzamos nuestras expectativas, decidimos hacer una pausa y reflexionar sobre el futuro. Nos juntamos todos los socios y luego de una reunión dura pero buena, decidimos matar o morir. O logramos que crezca y que no dependa de donaciones de amigos, o cerramos. Armamos una comisión nueva, aportamos capital y nos dimos hasta diciembre para lograr el objetivo. Si no hay resultados que entusiasmen, tomaremos la difícil decisión de cerrar. 

Comparto esta experiencia porque últimamente estoy hablando con muchos emprendedores extraordinarios que están bajo el mismo dilema. Mi consejo es siempre el mismo: un final horrible es mejor que un horror sin fin. 

Se requiere de coraje para dar por finalizado tu proyecto y aceptar que no funcionó. Es traumático cerrar tu empresa; implica daños para las personas que trabajan y para las que apostaron al proyecto. Pero emprender es riesgoso, y tanto los empleados como los inversores sabían a qué caballo se estaban subiendo. No se subieron a un caballo ganador. Se subieron a uno que tenía poco recorrido y, por la ilusión de que se convirtiera en unicornio, corrieron el riesgo de que se quedara manco en la primera vuelta. 

¿Hasta cuándo vale la pena pelear? Nadie lo sabe mejor que vos, pero no podés evitar la decisión por miedo a cerrar o por la falsa ilusión de “un poco más y arranca”. Ya invertiste mucho tiempo y no funcionó. ¿Qué vas a cambiar para que el resultado cambie?

El tiempo es nuestro activo más escaso. Cada día que pasa quedó atrás y no se puede recuperar. Con QuieroAyudar nos toca matar o morir y en caso de morir, morir con la frente en alto de haber dejado todo en la cancha. 

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El nombre no es tan importante

Estoy trabajando hace 6 meses en un proyecto nuevo que va a ver la luz en 9 meses y sigo sin dar crédito del rol que ha tenido la definición del nombre en el proceso. Invertimos horas, dinero y mucha energía. Las personas se apasionan por el tema como si fuese a cambiar el destino del producto cuando el tiempo y energía dedicada suele no ser proporcional a la relevancia del mismo en el resultado final. 

¿Te pasa o te pasó lo mismo?

Hay dos grandes mitos en cuanto a los nombres de empresas/productos. El primero es que el nombre conduce al éxito. Bullshit.

El producto más rápido en llegar a 1M de usuarios es ChatGPT y se llama ChatGPT. Es un nombre difícil de recordar, difícil de pronunciar y en francés (#5 idioma más popular del mundo) suena a “gato, me tiré un pedo”. Sí, leíste bien.

Un nombre brillante es Lady Gaga. Pero Lady Gaga es genial porque ella es genial. Si cantase como yo, sería la burra de Lady Gaga y no la conocería nadie.

El segundo mito es que es difícil cambiar el nombre una vez que lanzaste. 

  • Amazon lanzó con el nombre Cadabra
  • Subway se llamaba Pete’s Super Submarines
  • En 1996, BackRub fue lanzada con el objetivo de poder encontrar cualquier cosa en internet. En 1998 cambia el nombre a Google
  • Nike en algún momento fue Blue Ribbon Sports

Puedo seguir para siempre y a pesar de no encontrar el dato, me animo a decir que hay más empresas que cambiaron de nombre de las que mantuvieron su nombre original.

¿El nombre ayuda a que el proyecto sea un éxito? Puede ser, pero trabajar tanto el nombre muchas veces es una excusa para no enfocarnos en lo importante: el problema que estamos atacando y el producto que lo va a solucionar. 

Definir un nombre puede ser un brainstorming infinito que te mantiene preso. Dejá el nombre de lado. Lanzá. Probá. Mejorá y volvé a lanzar. Ese es el partido importante.

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