El nombre no es tan importante

Estoy trabajando hace 6 meses en un proyecto nuevo que va a ver la luz en 9 meses y sigo sin dar crédito del rol que ha tenido la definición del nombre en el proceso. Invertimos horas, dinero y mucha energía. Las personas se apasionan por el tema como si fuese a cambiar el destino del producto cuando el tiempo y energía dedicada suele no ser proporcional a la relevancia del mismo en el resultado final. 

¿Te pasa o te pasó lo mismo?

Hay dos grandes mitos en cuanto a los nombres de empresas/productos. El primero es que el nombre conduce al éxito. Bullshit.

El producto más rápido en llegar a 1M de usuarios es ChatGPT y se llama ChatGPT. Es un nombre difícil de recordar, difícil de pronunciar y en francés (#5 idioma más popular del mundo) suena a “gato, me tiré un pedo”. Sí, leíste bien.

Un nombre brillante es Lady Gaga. Pero Lady Gaga es genial porque ella es genial. Si cantase como yo, sería la burra de Lady Gaga y no la conocería nadie.

El segundo mito es que es difícil cambiar el nombre una vez que lanzaste. 

  • Amazon lanzó con el nombre Cadabra
  • Subway se llamaba Pete’s Super Submarines
  • En 1996, BackRub fue lanzada con el objetivo de poder encontrar cualquier cosa en internet. En 1998 cambia el nombre a Google
  • Nike en algún momento fue Blue Ribbon Sports

Puedo seguir para siempre y a pesar de no encontrar el dato, me animo a decir que hay más empresas que cambiaron de nombre de las que mantuvieron su nombre original.

¿El nombre ayuda a que el proyecto sea un éxito? Puede ser, pero trabajar tanto el nombre muchas veces es una excusa para no enfocarnos en lo importante: el problema que estamos atacando y el producto que lo va a solucionar. 

Definir un nombre puede ser un brainstorming infinito que te mantiene preso. Dejá el nombre de lado. Lanzá. Probá. Mejorá y volvé a lanzar. Ese es el partido importante.

¡Éxitos y Conquistas!

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