Etiquetas

María es inteligente y tímida.

Carlos es el deportista de la familia.

Yo soy cabeza dura.

Francisco es el gracioso del grupo. 

Alejandra es hippie.

Yo soy malhumorado y cabrón.

Josi es quien hace los asados 🙂

Etiquetamos a las personas constantemente. En el trabajo, en las amistades y en la familia. Lo que no nos damos cuenta es que las etiquetas son un ancla; nos encasillan en una actitud, un rol o una cualidad, y se nos hace difícil cambiar. Lo mismo pasa con nosotros mismos. Nos auto-encasillamos cuando decimos “Yo soy…”. La etiqueta nos limita. “Yo soy el gracioso del grupo, no puedo estar triste”; “Alejandra es muy tímida, nunca se va a animar a agarrar ese trabajo”. ¿Nunca te pasó que con un grupo de personas tenés un “rol” y con otros otro? 

Las etiquetas propias son más fáciles de sacar. El problema está en identificarlas y luego tener el coraje de sacarlas. 

Las etiquetas puestas por otros son súper difíciles de sacar. Tenemos que ser conscientes de quién queremos ser y no actuar para respetar las etiquetas que nos pusieron. 

¿Qué etiquetas tenés puestas? ¿Te las pusiste vos o te las pusieron? ¿Cuáles te gustan y cuáles te sacarías?

No somos un licuado de etiquetas. Somos personas. Podemos elegir. Tenemos la habilidad de cambiar de actitud, opinión, hábitos y gustos; sin importar lo que los otros piensen. Cambiar está en nuestras manos. Es sólo cuestión de querer.  

¡Éxitos y Conquistas!

PD: Gracias Susanita por inspirar este post 🙂

Para recibir por email los nuevos posts suscribite al blog acá