¿Y ahora qué hacemos?

El 8 de noviembre del 2021 publiqué Cuidado con el Cisne Negro porque veía a mucha gente tomando decisiones de inversión muy riesgosas. Espero que alguien me haya leído y actuado 🙂

Así se veía la foto en noviembre 2021; todo en sus máximos históricos:

En enero 2022 se acabó la fiesta. Agarramos el palo enjabonado (ver foto abajo). Las acciones no paran de caer y los inversores privados se han vuelto más selectivos que los patovicas de los boliches más codiciados; muy pocos emprendedores lograrán cruzar la puerta y disfrutar de una nueva fiesta. 

*Performance de los índices de acciones más relevantes de USA desde que arrancó el año.

Ni hablemos de activos más riesgosos; la foto es aún peor.

¿Qué va a pasar? 

NADIE sabe qué va a pasar. Cada crisis y cada burbuja es distinta. Pueden durar unos meses o varios años (les dejo este podcast que me gustó, donde Fabrice Grinda analiza 3 posibles escenarios). Como se ve en la siguiente foto, la historia nos muestra que podríamos tener una década pésima como la del 2000 o una excelente como la del 2010:

¿Qué hacemos?

Pensar en largo plazo. Me condena el optimismo y creo que por más corta o larga que sea esta crisis, en el largo plazo vamos a estar mejor y hay que apostar al futuro. 

Si tenés cash y estás con ganas de tomar riesgo, puede ser un buen momento para empezar a invertir de a poco en acciones (también puede ser un error garrafal y si lo hacés, tenés que estar muy consciente del riesgo de perder dinero). Dado que NADIE sabe qué va a pasar, cuándo se va a terminar la baja ni qué tan grave puede ser, lo mejor es i) elegir qué tanto riesgo querés tomar y definir activos que encajen con tu nivel de riesgo (algo más “seguro” como un conjunto de acciones dentro de índices como el S&P o Dow, o algo más riesgoso como elegir acciones individuales como Apple, McDonalds, etc), ii) dividir el monto que quieras invertir en 12 y iii) invertir montos iguales en lo que decidiste invertir en los próximos 12 meses. Tiene que ser dinero que estés dispuesto a aguantar muchos años. Si pretendés usar el dinero invertido dentro de los próximos 2-3 años, probablemente lo mejor sea no invertirlo en acciones y dejarlo en el banco o en algún activo más seguro (bonos); como se ve en la foto anterior, el S&P ha logrado rendimientos históricos anuales del 10% sólo cuando pasan varias décadas (y no es seguro que mantenga esta performance en el futuro).

Si sos emprendedor, leé las notas de Sequoia, YC y a16z. En resumen: cash is king. Asumí que esto va para largo y que se puede poner peor. Tratá de llegar al punto de no quemar caja y enfocate; como decimos en MercadoLibre: Subtract to Impact. Para llegar a la próxima fiesta hay que hacer productos y servicios que agreguen valor. 

¡Éxitos y conquistas!

PD: Gracias Santi por recordarme Cuidado con el Cisne Negro 🙂

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Cuidado con el Cisne Negro

Me preocupa ver jóvenes que compran y venden activos todas las semanas. Me asustan conversaciones con extraños que, sin saber de lo que hablan, invierten todo su dinero en activos de altísimo riesgo. Me pone nervioso ver emprendedores que manejan empresas sin miedo a que la liquidez desaparezca e inversores que no se asustan ante valuaciones altísimas. 

La foto de abajo es la figurita repetida de los últimos 14 años; el mercado estuvo en alza y rompiendo récords históricos durante toda mi vida laboral (y si pensamos en quienes hoy tienen menos de 30 años, tenían máximo 15 años en la última crisis financiera global). Nunca vimos un mercado destruido (COVID fue un resfrío para los mercados) y es difícil ser cuidadoso/temeroso si no sabemos lo que es una crisis como la del 2007, la del 1997, etc. Este factor psicológico no es menor.

El Cisne Negro no es sólo una película y un buen disfraz para Halloween. Es también un libro extraordinario sobre lo impredecibles que son y las consecuencias dramáticas que traen las grandes crisis en la historia de la humanidad.

¿Qué pasaría si mañana perdés 50% de tus inversiones? ¿60%? ¿100%? El Cisne Negro no da señales. Aparece de un día para el otro. 

Como dice Warren Buffet, sólo cuándo se va el agua queda claro quién está nadando desnudo. ¿Podés convivir con estar desnudo? En caso de que no, diversificá un poco. Quedate con un porcentaje en cash. Invertí en otra industria, otro país, otro activo. Soy un convencido de que para conseguir retornos extraordinarios hay que tomar mucho riesgo, pero hay que ser consciente de esta decisión y acatar las consecuencias.

No nos olvidemos que las crisis no avisan cuándo llegan.

¡Éxitos y Conquistas!

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Cómodo

La pandemia nos obligó a que el trabajo remoto sea la regla y no la excepción; para la mayoría fue algo forzado, no testeado y con riesgo.

Para sorpresa de muchos líderes y organizaciones, el trabajo remoto demostró beneficios y eficiencias no esperadas. Veo amigos traders que toda su vida estuvieron atados a la oficina y que hoy trabajan desde sus casas sin mayores inconvenientes. Escucho amigos de mi padre acostumbrados a ir a la oficina diciendo que ahora son mucho más eficientes.

La pregunta es: ¿por qué no se animaron a probar el home office antes? 

“Estamos bien así. ¿Para qué cambiar?”

Estar cómodo no es bueno. Hacer un cambio a la fuerza tiene riesgos de adaptación, eficiencia y estabilidad.

Tomar riesgos y hacer un cambio por motus propio demuestra liderazgo. En una carta a sus accionistas Jeff Bezos dice que Amazon es el mejor lugar del mundo para fallar, abriendo el juego a probar nuevas iniciativas con gran aceptación al fracaso.

¿Por qué no tomar más riesgos? 

La próxima vez, cambiá porque querés probar y evolucionar, no porque no te queda otra.

¡Éxitos y Conquistas!

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