Cuando arranqué el blog una de mis inseguridades más grandes era no tener contenido original; que me tilden de copiarme o de repetir/reciclar conceptos ya existentes. El concepto original me tenía amedrentado; sentía que si no hacía algo original, no valdría la pena.
Con el tiempo me fui relajando al darme cuenta que somos todos curadores: tomamos lo existente, lo modificamos y generamos valor. Elon Musk no inventó el auto. McDonald’s no inventó la hamburguesa con queso. Los hits de Márama y Rombai tienen los mismos acordes y los bailabas sin parar 🙂
Originales somos cada uno de nosotros. Nadie estuvo expuesto a las mismas experiencias, personas e información que nosotros mismos. Somos únicos e irrepetibles, y ese es nuestro superpoder.
Al aceptarnos a nosotros mismos y abrazar el concepto de que por ser únicos podemos curar contenido, reciclarlo y crear algo único, entenderemos que la oportunidad es simplemente apasionarnos por hacer. Encarar un problema. Enfrentar la hoja en blanco. Liderar y ejecutar.
Lo difícil es presentarse al partido todos los días y poner la cara. Es ganarle a las excusas. Es bancarse la crítica a nuestras espaldas, el miedo al fracaso y el ruido de nuestra cabeza.
No hubo mejor momento en la historia de la humanidad para crear productos y servicios. Lideremos y apoyemos. Alejemos a los miedos internos y a los críticos tóxicos; nos contaminan y nos atan las manos. Abracemos a los curadores y admiremos los pequeños cambios que agregan valor a lo obvio y rutinario.
Tenemos un superpoder: no hay nadie igual a nosotros. Es sólo cuestión de aprovecharlo.
¡Éxitos y Conquistas!
Para recibir por email los nuevos posts suscribite al blogacá
La parrillada es un plato argentino que combina todo tipo de carnes y achuras en una misma bandeja. En los papeles suena genial. Nunca falta el amigo entusiasta o el mozo simpático que insiste en pedirla. La tentación es grande: “probamos toda la carta”. La realidad es que hay pocos productos tan malos como la parrillada. Intenta dejar a todos contentos pero termina siendo una ensalada de carne; todo tiene el mismo gusto. Es una falta de respeto hacia el asado. Un sacrilegio.
La maldición de la parrillada no queda limitada a sí misma. Es más contagiosa que un bostezo y se extiende a múltiples situaciones bajo el famoso: ¿y si le sumamos…?
Vivimos en una sociedad que siempre quiere más y trasladamos esa vorágine a nuestras creaciones. Agregamos 70 features para conseguir nuevos usuarios. Creamos 100 sabores de helados. Perdemos identidad rápidamente y nos convertimos en un Frankestein (o en una ensalada de carne).
¿La pregunta correcta es qué agregamos o qué mejoramos?
La maldición del “¿y si le sumamos…?” incluso nos puede hacer perder clientes existentes. Al estar enfocados en sumar, corremos el riesgo de descuidar la propuesta de valor inicial. Nos olvidamos de lo importante que es el equilibrio y la consistencia de la calidad de lo entregado.
¿Nuestro producto es tan bueno como para invertir tiempo/dinero en agregarle cosas? ¿Conviene sumar productos o es preferible mejorar el existente? ¿Preferimos tener 100 sabores de helado medio pelo o 4 extraordinarios? ¿Estamos realmente atrayendo nuevos clientes?
Este post nació en La Brasserie de L’Entrecôte, un restaurante fabuloso que tiene un solo plato: carne con fritas. No podés elegir nada que no sea eso. Todos los días, año tras año y en múltiples países a la vez, hacen un solo producto. La magia está en la consistencia. Lo único que te dejan elegir es si ir a comer ahí o no.
¿Queremos que el usuario pueda elegir entre un menú extenso o que simplemente nos elija?
El día que tenga mi parrilla te voy a dar lo que quiera, en el punto que quiera y al ritmo que quiera. Tu única elección va a ser elegir venir a comer.
¡Éxitos y conquistas!
Para recibir por email los nuevos posts suscribite al blog acá
I started this post after a weird night in Lisbon. We arrived with a group of friends to a fantastic apartment located in the best neighborhood of the city. Candles, club lights, paintings and wine all around. Really cool. The stage was set for a terrific night. Unfortunately, it went in the opposite direction. The hosts talked for 2 hours in a row about how great they were and how much they knew about art, Burning Man, kite-surfing, Portugal and Web3. It was not a conversation; it was a lecture. A boring lecture. And there was no way out.
The Web3 speech was the hardest to digest. My friend asked what Web3 was, and the hosts delivered a 10 minute answer full of smart and complicated words that when put together made no sense at all. They couldn’t explain it. No data. No facts. All BS.
Since this was the third time in a week I had listened to people talk about Web3 without making any sense, I decided to listen to experts and put some thoughts together.
What is Web3?
In Web1 you were only able to read on the Internet. In Web2 you can read and interact (i.e. Facebook) on the Internet. In Web3 you can read, interact and own part of the internet.
From a different perspective, I like thinking about it in the following way: in Web2 you have 2 groups of people that have economic benefits and make decisions on a platform: founders and investors; in Web3 you have 3: founders, investors and users.
Web3 examples?
“The community decides the future of the platform”. “Uber drivers own part of Uber”. “Harry Potter fans write together the next Harry Potter book and get benefits for doing so”.
What are Web3’s main benefits vs Web2? Decentralization, transparency, cooperation and user ownership.
Decentralization: do we need decentralization? I believe that for most cases we don’t. As Scott Galloway said, and Yuval Harari described it on Sapiens, human’s superpower is mass cooperation and that cooperation is based on trust. We trust each other to succeed. Moreover, decentralization doesn’t make sense from a practical perspective: imagine taking votes for every decision (e.g: choosing a platform’s color) and asking billions of people to vote; monkeys would probably rule the world if we did. Also, is Web3 really decentralized? I am still trying to find hard data on voting power, but from what I read and listened to so far, the answer is no; decisions are taken by few people. Is this bad? No, but we should stop using the decentralization flag.
Transparency is another big Web3 flag, which is great, but again, how much do we need it? If we trust people/institutions to make decisions, we can trust them and hold them accountable. That is why we have the law. Do we need to be able to see every transaction on a platform in order to use it? I believe most people don’t. Also, transparency can create security problems (and Web3 is suffering from it); if everybody knows how much we make and what we do, we become great targets for hackers.
The third most used argument in favor of Web3 is Cooperation – but cooperation already works in Web2. There is probably no better example than Wikipedia, which doesn’t use Web3 technology; only good rules with “old” tech. Moreover, as mentioned before, the illusion and romanticism around cooperation is an innovator’s trap. We need people to lead, hold them accountable for bad acting and reward them for their good services. Do people really want to participate? I don’t think so. Wikipedia’s content was created by 0.02% of its users1 and there are superstars like Steven Pruit who made at least one edit to one-third of all English Wikipedia articles – his reward was social recognition and coverage in the Times magazine.
Tech is still a question mark. Web3 tech is still inefficient (Ethereum, the most used blockchain, can process 24 transactions per second vs. several thousands by Visa and Nasdaq, and processing-cost comparison is even worse) and user experience is not ready for mass adoption; it is really complicated. The fact that supports this is that there are around 30 million Metamask wallets2, which, according to experts, is a good proxy for the Web3 population interacting with applications beyond just investing. 30 million users is what Instagram had when it was acquired by FB; still a long way to go before the adoption of billions.
User ownership: this is Web3’s biggest advantage. Putting regulation aside, tokens are “easier” to trade than shares: trading can be done 24/7, there is no need for an intermediary (thanks to blockchain) and settlement is immediate (vs. days).
Summary
Web2 platforms are more robust, agile, secure, and do a lot of the things that Web3 platforms do but in a more efficient way. Web3 has great use cases such as NFTs, and as tech evolves there is more to come. Tech will get better: the Web3 community is extremely smart and (some) humble enough to recognize the existing tech problems (Ethereum’s new version will have radical improvements).
Is Web3 ready for mass adoption? Not yet. That said, Web3 opened everybody’s eyes (including Instagram), and I believe the “next Instagram” will be a hybrid between Web3’s model (user ownership) and Web2’s technology/centralization.
Web2.5? Maybe.
¡Éxitos y conquistas!
PS: I wrote this post in English to honor Pipi, Luis and Mike, who were terrific hosts in Portugal and were smart enough to get us out of the party pretending their house was being robbed
Me subo a un avión. A los 20 min de haber despegado tuve la gran idea de reclinar mi asiento. Reclino dos centímetros y recibo un golpazo desde atrás. Me doy vuelta, muy enojado, y un tipo me dice: “perdón, pero podría haber avisado”. A lo que le contesté “creo que nunca nadie en su vida avisó al de atrás antes de reclinar”. Me doy vuelta y me quedo enojadísimo en mi recto asiento sin reclinar.
Luego de unos minutos de masticar bronca y analizar otras 15 frases que le podría haber dicho, decidí ponerme a escribir y sacar algo bueno del enojo 🙂
“Perdón, pero podría haber avisado”
“Perdón, pero…” suele ser un perdón que no quiere ser perdón. Un perdón que quiere justificar un error o plantear una discusión. Un perdón con ego.
“Perdón, pero…” no transmite “me equivoqué”; pierde validez si viene acompañado de argumentos que intentan convencer al otro de nuestro accionar.
Si hacemos un error, saquemos el ego y bajemos la guardia. El “perdón” va sin excusas ni justificaciones. No hay mejor manera de arreglarnos que diciendo “perdón, la cagué”, y regalar una sonrisa.
¡Éxitos y conquistas!
Para recibir por email los nuevos posts suscribite al blog acá
El 8 de noviembre del 2021 publiqué Cuidado con el Cisne Negro porque veía a mucha gente tomando decisiones de inversión muy riesgosas. Espero que alguien me haya leído y actuado 🙂
Así se veía la foto en noviembre 2021; todo en sus máximos históricos:
En enero 2022 se acabó la fiesta. Agarramos el palo enjabonado (ver foto abajo). Las acciones no paran de caer y los inversores privados se han vuelto más selectivos que los patovicas de los boliches más codiciados; muy pocos emprendedores lograrán cruzar la puerta y disfrutar de una nueva fiesta.
*Performance de los índices de acciones más relevantes de USA desde que arrancó el año.
Ni hablemos de activos más riesgosos; la foto es aún peor.
¿Qué va a pasar?
NADIE sabe qué va a pasar. Cada crisis y cada burbuja es distinta. Pueden durar unos meses o varios años (les dejo este podcast que me gustó, donde Fabrice Grinda analiza 3 posibles escenarios). Como se ve en la siguiente foto, la historia nos muestra que podríamos tener una década pésima como la del 2000 o una excelente como la del 2010:
¿Qué hacemos?
Pensar en largo plazo. Me condena el optimismo y creo que por más corta o larga que sea esta crisis, en el largo plazo vamos a estar mejor y hay que apostar al futuro.
Si tenés cash y estás con ganas de tomar riesgo, puede ser un buen momento para empezar a invertir de a poco en acciones (también puede ser un error garrafal y si lo hacés, tenés que estar muy consciente del riesgo de perder dinero). Dado que NADIE sabe qué va a pasar, cuándo se va a terminar la baja ni qué tan grave puede ser, lo mejor es i) elegir qué tanto riesgo querés tomar y definir activos que encajen con tu nivel de riesgo (algo más “seguro” como un conjunto de acciones dentro de índices como el S&P o Dow, o algo más riesgoso como elegir acciones individuales como Apple, McDonalds, etc), ii) dividir el monto que quieras invertir en 12 y iii) invertir montos iguales en lo que decidiste invertir en los próximos 12 meses. Tiene que ser dinero que estés dispuesto a aguantar muchos años. Si pretendés usar el dinero invertido dentro de los próximos 2-3 años, probablemente lo mejor sea no invertirlo en acciones y dejarlo en el banco o en algún activo más seguro (bonos); como se ve en la foto anterior, el S&P ha logrado rendimientos históricos anuales del 10% sólo cuando pasan varias décadas (y no es seguro que mantenga esta performance en el futuro).
Si sos emprendedor, leé las notas de Sequoia, YC y a16z. En resumen: cash is king. Asumí que esto va para largo y que se puede poner peor. Tratá de llegar al punto de no quemar caja y enfocate; como decimos en MercadoLibre: Subtract to Impact. Para llegar a la próxima fiesta hay que hacer productos y servicios que agreguen valor.
Me costó mucho volver a escribir. Mucho trabajo, preparar el curso, mejorar el formato de este email (sigo fallando), planear un viaje…
Excusas, excusas, excusas.
Esta semana leí Vida de unculo inquieto y El pibe que arruinaba las fotos (dos MUY buenos libros que recomiendo). Ana y Hernán, sus respectivos autores, son dos personas que lucharon contra viento y marea para encontrarse a sí mismos, entender qué querían hacer de sus vidas y perseguir sus sueños. Ambos salieron de ciudades pequeñas con círculos sociales muy conservadores que les cortaban las alas y les repetían constantemente que lo que querían hacer era imposible. Más allá de sus historias inspiradoras, destaco que a ambos les costó exponerse y sufrieron mucho en los momentos en que no podían crear sus obras “porque no estaban inspirados”. Los dos hicieron el click en su carrera cuando lograron ser consistentes y empezaron a manejar sus tiempos; cuando se acabaron las excusas y se hicieron cargo.
“Semana que viene”, “Unos mates y arranco”, “No estoy listo todavía”, “Lo estamos madurando”. Excusas, excusas, excusas.
La hoja en blanco da abismo, pero lo mejor es encararla con tiempo y ser consistente. Espero poder incorporar nuevamente el hábito de escribir en lo que queda del año.
¿A vos qué te gustaría hacer? ¿Qué venís postergando?
¡Éxitos y conquistas!
PD: Gracias Minu y Lola por los libros 🙂
Para recibir por email los nuevos posts suscribite al blog acá
“What did you learn?” le pregunta King Richard a Venus, Serena y a sus hermanas luego de ver La Cenicienta.
Lo mismo me pregunté luego de ver King Richard. ¿Qué aprendí de la historia de las Williams? La película es una enciclopedia, pero en este post quiero destacar el poder de la atracción y la importancia del propósito.
El poder de la atracción: King Richard y Oracene concibieron a sus hijas proyectando que iban a ser campeonas mundiales de tenis. KR hizo un plan de 78 páginas antes de que nacieran para lograr ese objetivo. Lo repitieron en sus mentes y en voz alta hasta que se hizo realidad.
El poder de la atracción parece ciencia ficción pero no lo es. Cuando deseás algo, lo expresás y te rompés el lomo para lograrlo, el mundo conspira a tu favor (El Secreto es un libro muy simpático que habla exclusivamente de esto). A veces da vértigo decir lo que uno desea por miedo al fracaso y a que nos juzguen, pero para cumplir los sueños no hay nada más poderoso que el poder de la palabra y repetirlo sin parar.
El propósito: El objetivo de la familia Williams no era que Venus y Serena fueran campeonas mundiales y millonarias. Era ayudar a empoderar a mujeres de color en todo el planeta. Demostrar que con esfuerzo se puede. Venus no sale a la cancha a ganar por ella. Sale a la cancha a ganar con el propósito de empoderar a un grupo de la sociedad, discriminado y sin oportunidades. Este propósito fue adoptado por toda la familia y cada adversidad fue superada pensando en ese objetivo final.
El propósito es la nafta que todo emprendedor y soñador necesita para motivarse cuando las cosas están mal. Cuando el propósito es superior a objetivos personales y mundanos, se pueden lograr resultados extraordinarios como los que lograron las Williams y los Springboks de Mandela.
¿Visualizás tus metas y las decís en voz alta?
¿Cuál es el propósito de tu empresa? ¿Te sentís alineado y te motiva?
La historia de las Williams es realmente de película. El camino recorrido para llegar a la cima del tenis mundial es inspirador, más aún considerando que la presión que tuvieron probablemente haya sido mucho mayor a la que se ve en la película. Es para ver y aprender.
¡Éxitos y Conquistas!
PD: Gracias Pancu por recomendarme la película y por nuestras charlas de las que tanto aprendo
Para recibir por email los nuevos posts suscribite al blogacá
¿Tenés un emprendimiento personal o una PYME, y te gustaría hacerla crecer? Con mi amigo y colega Charly vamos a dar un curso enfocado en ayudar a escalar proyectos.
Serán 3 clases grupales, online y en vivo, donde nos enfocaremos en i) diagnosticar virtudes y debilidades de tu negocio, ii) definir tu estrategia de crecimiento y iii) explorar alternativas de financiamiento.
Cada vez que visito México me vuelvo fascinado con el trato que recibo en Restaurantes, Hoteles y todo tipo de servicio. Vayas al restaurant que vayas, la sensación es que todo el personal fue entrenado por el mismo grupo de personas; el foco en el usuario está tan arraigado en su cultura que parece parte de su ADN. La experiencia es siempre fantástica y dan ganas de volver.
¿Qué tan relevante es la experiencia del usuario en la cultura de tu empresa? ¿El call center es un costo y es aburrido? ¿O es una inversión y un pilar clave para fidelizar al usuario?
Los últimos 20 años fueron un viva la pepa y estaba bien crecer a cualquier costo. Los mercados admiraban el crecimiento y hacían vista gorda a si el negocio era sustentable o no. El Cisne Negro llegó y se empieza a ver quién estaba nadando desnudo. En un mundo incierto y en donde el capital no abunda como antes, ¿cómo vas a invertir los recursos y el dinero?
¿Qué es más convincente: un amigo que te recomienda un producto/servicio luego de una experiencia extraordinaria o un banner con una foto y una frase bonita? ¿Cuánto estás invirtiendo en marketing y cuánto en mejorar la experiencia del usuario?
¿Qué tan contentos están tus clientes? ¿Te recomiendan? Si hacés un descuento para que prueben tu servicio, ¿vuelven o simplemente comieron gratis una vez y nunca más los viste?
Un cliente no se va a la competencia porque esta tenga un jingle más pegadizo. Se va porque le ofrecen un mejor servicio.
Tesla no ha gastado ni un dólar en Marketing. Cero. Zappos compitió mano a mano con Amazon con muchísimos menos recursos gracias a su cultura enfocada en la experiencia de usuario (compitió tan bien que Amazon decidió comprarlos). Si estás forzado a elegir, ¿vas a gastar tu tiempo y $ en publicidad o en mejorar tu experiencia de usuario?
¡Éxitos y Conquistas!
Para recibir por email los nuevos posts suscribite al blogacá
Etiquetamos a las personas constantemente. En el trabajo, en las amistades y en la familia. Lo que no nos damos cuenta es que las etiquetas son un ancla; nos encasillan en una actitud, un rol o una cualidad, y se nos hace difícil cambiar. Lo mismo pasa con nosotros mismos. Nos auto-encasillamos cuando decimos “Yo soy…”. La etiqueta nos limita. “Yo soy el gracioso del grupo, no puedo estar triste”; “Alejandra es muy tímida, nunca se va a animar a agarrar ese trabajo”. ¿Nunca te pasó que con un grupo de personas tenés un “rol” y con otros otro?
Las etiquetas propias son más fáciles de sacar. El problema está en identificarlas y luego tener el coraje de sacarlas.
Las etiquetas puestas por otros son súper difíciles de sacar. Tenemos que ser conscientes de quién queremos ser y no actuar para respetar las etiquetas que nos pusieron.
¿Qué etiquetas tenés puestas? ¿Te las pusiste vos o te las pusieron? ¿Cuáles te gustan y cuáles te sacarías?
No somos un licuado de etiquetas. Somos personas. Podemos elegir. Tenemos la habilidad de cambiar de actitud, opinión, hábitos y gustos; sin importar lo que los otros piensen. Cambiar está en nuestras manos. Es sólo cuestión de querer.
¡Éxitos y Conquistas!
PD: Gracias Susanita por inspirar este post 🙂
Para recibir por email los nuevos posts suscribite al blogacá