Maverick: el maestro

Ví Maverick por tercera vez (sí, soy fan). Esta última logré superar “Tom está en formol” y “qué ganas de ser un piloto de avión”, y pude enfocarme en la historia: Maverick, piloto de avión distinguido, rebelde y retirado, es convocado a enseñarle una misión imposible a los mejores pilotos del momento. Un grupo con mucho ego, muy competitivo y que cree que se las sabe todas.

Hay mucho que aprender de Mav como líder: ¿Qué hizo?

  1. Lo primero fue sacar a las estrellas de su zona de confort. Tiró el libro de texto al tacho (literalmente) y los subió a entrenar al avión. En la primera dinámica desafió los límites de los pilotos al mejor estilo Tony Nadal o King Richard. No sólo límites físicos; sino también emocionales. Hizo que los cracks se desmayaran y que los aviones se rompieran; les enseñó a tomar riesgos y los hizo mentalmente más fuertes  
  1. Construyó equipo. Los hizo jugar. Los incentivó a pelear y a discutir. Logró que aprendan a comunicarse, a entenderse. Logró que se respeten y se valoren 
  1. Predicó con el ejemplo. Cuando todos creían que la misión era imposible, se subió al avión y demostró que se podía
  1. Priorizó al equipo por encima de las individualidades. No llevó al mejor a la batalla. Formó un equipo diverso con personalidades y experiencias que se complementaban

Cumplió el objetivo. 

El liderazgo no se predica y no se encuentra en un libro de texto. El liderazgo se vive. Se transmite con el ejemplo en cada situación crítica tomando decisiones. Tomando riesgos. Asumiendo errores y aprendiendo de los mismos para que no se repitan.

¡Éxitos y Conquistas!

PD: si no la habías visto y te arruiné la peli, tu problema. No sé qué estuviste haciendo todo este tiempo 😉

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Datos sí. Adjetivos no.

Entro a una reunión. El emprendedor arranca diciendo que es el mejor del mercado. Le pregunto por qué. Me comenta “mis clientes me aman”. Le pregunto cómo lo mide. No responde. Le pregunto si es más rápido, me contesta que un poco. Le pregunto si es más caro, dice que bastante. Le pregunto si es más eficiente, mira para arriba, piensa, y contesta diciendo que cree que sí. Pasan 20 min y no tiró ni un dato para elaborar un argumento contundente. Fueron todos adjetivos sin sustancia.

Si estás queriendo presentar una idea o una oportunidad, evitá usar adjetivos y enfocate en compartir datos. La conversación se vuelve mucho más interesante y más efectiva. 

Somos mucho mejores / Entregamos en 24 hs vs 48 hs y tenemos un NPS de 80 vs 60 

Un poco más caro / 15% más caro

Mucho más eficiente / Gasta 15 litros cada 100 km vs cada 30 km

Datos sí. Adjetivos no. El dato mata complementa el relato.

¡Éxitos y Conquistas!

PD: Gracias Sofi por tus consejos

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